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Licensed Unlicensed Requires Authentication Published by De Gruyter January 7, 2008

Eroberungsparodien – Schafe, Marionetten, Inseln und der Andere im Don Quijote

  • Stephan Leopold
From the journal Iberoromania

Resumen

Carlos Fuentes propone la provocadora tesis según la cual Don Quijote y Felipe II son dos caras de la misma moneda, puesto que ambos se empeñan en restaurar el mundo de la “certeza unitaria”. Bajo un tal enfoque la locura caballeresca de Don Quijote se convierte en un doble paródico de una ideología de homogeneización – religiosa, política y étnica – la cual tiene sus raíces en la ’Reconquista’, cuyo punto final – 1492 – coincide con dos acontecimientos fundamentales para la España premoderna: la intolerancia frente al otro y la apropiación del Nuevo Mundo. En Don Quijote, Cervantes tematiza estos dos acontecimientos de una manera crítica. En la batalla contra las ovejas (I.18) y en el episodio del retablo de Maese Pedro (II.26), Don Quijote actúa como auténtico matamoros, pero en ambos casos los supuestos enemigos son productos de su fijación mental. Dentro de la ficción cervantina, el estereotipo del moro maligno tan en boga en los tratados a principios del siglo XVI carece de sustancia, y la destrucción de sus suplementos – o bien animales, o bien teatrales – pone en tela de juicio la arbitrariedad de tal concepción. A primera vista el caso del Nuevo Mundo parece similar, ya que la ínsula de la cual Sancho toma poesesión con las palabras utilizadas por Colón en su Carta a Luis de Santángel no es más que una aldea aragonesa. Pero Cervantes no sólo parodia el deseo colectivo – muy a menudo ilusorio – de un Eldorado ultramarino: El nombre de Barataria se refiere al ’baratillo’, es decir a un engañoso trueque, el cual caracteriza la apropiación del nuevo continente a fin de colonizarlo. Los habitantes de Barataria están todos obsesionados por el dinero, y el hecho de que no haya indígenas no carece de ironía si se tiene en cuenta de que Las Casas había deplorado ya medio siglo antes del Quijote el exterminio de los índigenas en todo el Caribe. La ínsula falsa se puede leer, pues, como una mise en scène carnevalesca del proyecto colonial y su tendencia de convertir el Nuevo Mundo en una réplica de España. Este afán homogeneizador queda subrayado cuando Sancho, al salir de Barataria, se encuentra con el morisco Ricote, el cual tuvo que partir de su patria a causa de los bandos de Castilla en 1610, cuyo fin – desastroso desde un punto de vista económico – fue el cumplimiento de la ’Reconquista’ y la construcción de una España ya propiamente autóctona.

Published Online: 2008-01-07
Published in Print: 2006-March-16

© Max Niemeyer Verlag, Tübingen 2005

Downloaded on 29.3.2024 from https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/IBER.2005.46/html
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