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Fernández García Francisco. La descortesía en el debate electoral cara a cara. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2017. ISBN: 9788447218745. 288 pp. Precio: 17,00 €; 20,29 USD
En La descortesía en el debate electoral cara a cara, Francisco Fernández García se propone, a la luz de las aportaciones teóricas más recientes de la (des)cortesía lingüística, indagar en el funcionamiento de la (des)cortesía en el debate electoral, especialmente centrado en la vertiente destructiva del debate, es decir, del ataque contra la posición del adversario. A partir del análisis del debate que, en España, enfrentó a Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy antes de las elecciones generales de 2011, la obra indaga en una profundización del funcionamiento de la descortesía mediante un análisis minucioso y sistemático de los distintos tipos de estrategias y mecanismos que se ponen en juego, así como de las repercusiones sociales de su uso.
En la introducción, el autor señala las características generales y los elementos fundamentales del debate, que dan cuenta de su naturaleza agonal: el ataque al adversario y la defensa de las propias posiciones. Realiza un repaso por los debates españoles y de otros países europeos para finalmente exponer el objetivo del libro: realizar el análisis de la vertiente retórica del orador político en su lado destructivo, en el ataque al adversario como herramienta para lograr el triunfo.
El autor realiza un repaso pormenorizado de los aportes teóricos a la comprensión de la cortesía y la (des)cortesía. Ubica el debate dentro de los géneros discursivos marcados por el conflicto interpersonal y, en ese contexto, refuerza la propuesta de su investigación en el panorama investigador más reciente. Asimismo, explicita en detalle el proceso de investigación y la elección del corpus de análisis, y describe tanto las características puntuales del debate analizado como el contexto político en el que se enmarca.
El segundo capítulo está dedicado a sentar las bases sobre las que se alzan los desarrollos analíticos del resto del trabajo, delimitando y aclarando ciertas cuestiones teóricas relevantes relacionadas con la investigación de la (des)cortesía lingüística y esbozando las líneas maestras del modelo teórico sobre la cortesía que sustentará el análisis. Indaga especialmente los aspectos atinentes a la teoría de la gestión interrelacional de Spencer-Oatey (2008), que constituye uno de los ejes en torno al que gravita su acercamiento analítico al funcionamiento de la descortesía en el debate, junto con el análisis de estrategias y de mecanismos. El autor destaca la ventaja de este enfoque por sobre el modelo tradicional de Brown and Levinson (1987), en cuanto supera el excesivo individualismo de este último y pone el acento en la dimensión grupal y la relación interpersonal. En esa línea, discute contrastivamente los resultados provenientes de análisis siguiendo uno y otro enfoque, y puntualiza especialmente la adecuación de la teoría de la gestión interrelacional al estudio del comportamiento descortés.
A partir de una revisión crítica de bibliografía especializada, el autor realiza una minuciosa distinción entre estrategias y mecanismos de descortesía, dos de los ejes que articulan el conjunto de la investigación. Se esmera en hacer nítidas las características diferenciales entre lo que hace el orador (estrategias) y los medios de los que se vale para hacerlo (mecanismos). Tomando como referencia las distintas contribuciones, el autor distingue entre estrategias funcionales, que dan cuenta del tipo de acción que lleva a cabo el orador, y mecanismos, explícitos e implícitos, que concretan el modo en que toman cuerpo las estrategias funcionales.
Las últimas reflexiones de este capítulo, previas al análisis discursivo, ponen en relación el papel del moderador y de la audiencia en el debate con los actos de descortesía que aparecen en tal evento comunicativo. Al respecto, el autor subraya que estos dos elementos, junto con los candidatos, constituyen polos fundamentales de la interacción, y describe, con ejemplos del mismo debate bajo análisis, cómo la configuración contextual del acto comunicativo incide en el modo en el que se desarrolla la descortesía lingüística.
El núcleo analítico del trabajo se desarrolla en el tercer capítulo, con el abordaje de la realidad discursiva del debate entre Rubalcalba y Rajoy y el análisis de las estrategias funcionales utilizadas por los oradores para la ejecución de los actos descorteses. El autor toma el concepto del ethos del político, proveniente de la retórica clásica y retomado en los últimos tiempos por los estudios del discurso, para sostener que las estrategias de descortesía se proponen dañar el ethos que el rival se esfuerza por construir, debilitar su imagen ante la audiencia y neutralizar el potencial persuasivo que intenta proyectar, al tiempo que se mantiene incólume el ethos propio.
Considerados los objetivos del debate, Fernández García presenta a continuación su propuesta de clasificación en cuatro grandes macroestrategias de ataque descortés: asociar al adversario con hechos, atacar la credibilidad del adversario, marcar las distancias con el adversario y mostrar su inferioridad, e invadir el espacio del adversario. El abanico inicial de estrategias es tomado de autores como Culpeper (1996), Bousfield (2008) y Blas Arroyo (2011), y reelaborado a la luz de los datos obtenidos mediante el análisis del corpus. Previo al análisis cuantitativo y cualitativo de cada una de ellas, el autor se detiene en distintos tipos de consideraciones acerca de su naturaleza y características, y en la fundamentación de la selección realizada, incluyendo también en este punto ciertas críticas a los autores que lo preceden.
Fernández García va desgranando el funcionamiento de las distintas estrategias en las que se manifiestan las cuatro macroestrategias, aunque en la propuesta de clasificación inicial se vuelve deseable contar con ejemplos del corpus que ilustren y sustenten la nómina. Asimismo, la multiplicidad de estrategias analizadas –son dieciséis- hace que, por un lado, la cuantificación muestre una distribución general dispersa y, por otro, que en ciertos pasajes del texto sea complejo seguir la comparación entre los recursos usados en el debate sin volver hacia atrás en la lectura para identificarlos. Corresponde destacar, sin embargo, que el análisis va en paralelo con observaciones relativas tanto a los mecanismos lingüístico-discursivos utilizados como a las repercusiones sociales de los actos descorteses del debate en cuestión, lo que permite sostener el interés por el estudio de la naturaleza de las distintas estrategias, anclada tanto en los mecanismos frecuentes utilizados en su ejecución como en las consecuencias de su uso en el plano de la descortesía.
El cuarto capítulo, dedicado a la observación pormenorizada de los mecanismos mediante los cuales se ejecutan las estrategias de descortesía en el debate político, reanaliza el corpus desde una óptica complementaria, clasifica los mecanismos lingüístico-discursivos en explícitos e implícitos, y distingue varios subgrupos dentro de cada uno de ellos. Ante el variado abanico de mecanismos, destacados en su ejecución y caracterización cualitativa y cuantitativa, el autor ofrece una clasificación en categorías que no puede considerarse excluyente y que subsume recursos que podrían encauzar o contribuir a la ejecución de diferentes estrategias. Fernández García hace un repaso del uso de determinadas clases de palabras o expresiones intensificadoras, elementos modalizadores y deícticos, tanto en el ámbito local como discursivo, sin aportar definiciones que sustenten desde la gramática el problema de la referencia e incluso minimizando dicha cuestión, para poner el énfasis en la función descortés que pueden cumplir estos recursos puntualmente en el debate estudiado.
Del mismo modo, en el recorrido por lo que denomina mecanismos discursivos, el autor se dedica a aspectos relativos a la ejecución oral del discurso, entre los que incluye la funcionalidad de ciertos patrones entonativos que otorgan al enunciado un valor de parodia. Llama la atención que analice tan brevemente la complejidad de estos conceptos, que requerirían de un tratamiento más detallado, y que no sustente sus afirmaciones con definiciones propias de la extensa bibliografía específica y disponible sobre el tema. Sin embargo, Fernández García no se queda atrás en otros detalles que avalan el recurso de la polifonía textual como herramienta de crítica y ataque en el debate electoral cara a cara, y en el análisis detallado de los mecanismos de naturaleza interaccional, es decir, de aquellos que se relacionan directamente con los resortes que regulan la interacción comunicativa, la conversación.
Tras haber analizado las distintas estrategias de descortesía y los mecanismos principales en que aquellas toman cuerpo en el debate electoral, el autor se dedica en el quinto capítulo a estudiar las repercusiones sociales de los actos descorteses, con vistas a ofrecer, desde el punto de vista de la teoría de la gestión interaccional, una visión menos fragmentada del papel que representan en el género comunicativo sometido a estudio. El análisis se centra en los ataques contra aspectos específicos de la imagen y de los derechos de socialización en relación con el peso de las estrategias utilizadas, mostrando la distribución cuantitativa por orador y por categorías.
Finalmente, en el capítulo sexto el autor realiza una caracterización global del debate analizado y de los perfiles oratorios de sus protagonistas. Fernández García sostiene que el conjunto de los debates no es un todo homogéneo, sino que atraviesa diferentes fases. De allí que justifique establecer la diferencia entre la caracterización desde un punto de vista estático y desde un punto de vista dinámico. En primer lugar, presenta una caracterización del evento discursivo desde lo que denomina un punto de vista estático, que concierne a los datos obtenidos en la investigación acerca del uso de las estrategias, los aspectos relativos a los mecanismos lingüístico-discursivos sobresalientes y otras consideraciones generales sobre el desarrollo del debate. En segundo lugar, dentro de lo que llama caracterización global desde un punto de vista dinámico, aporta nuevos datos relativos al desarrollo del intercambio dialéctico en su progresión temporal.
Respecto de la primera caracterización, el autor concluye que la descortesía tiene un papel preponderante en los debates cara a cara, si bien, comparado con otros debates analizados previamente, el debate estudiado en esta investigación no presenta momentos de tensión ni manifiesta agresividad verbal, hecho justificado, según el autor, en diferencias dadas por el contexto político en el que se enmarcaron unos y otros. En cuanto a la caracterización desde el punto de vista dinámico, a través del análisis de la frecuencia con que determinados fenómenos se presentan durante el desarrollo del debate, busca confirmar cuantitativamente la tendencia creciente hacia la descortesía conforme avanza el intercambio verbal con el desarrollo del enfrentamiento dialéctico y el carácter cíclico del proceso. En este punto, es particularmente interesante la observación que realiza de la evolución oscilatoria de las líneas de acción de la crítica, el desacuerdo y el entorpecimiento del discurso del rival en relación con los momentos de tensión y de mayor intensidad dialéctica del debate.
Dentro de este último capítulo, el libro cierra con una detallada caracterización de los perfiles oratorios diferenciales de los contendientes, Rubalcaba y Rajoy, a partir del análisis de las disparidades, a veces muy significativas, respecto de los usos de las estrategias, así como en lo relativo a los aspectos sociales contra los que los contendientes dirigieron preferentemente sus ataques. El autor evalúa el perfil discursivo de los oradores y las estrategias utilizadas, e incluso critica los errores, las irregularidades y las transgresiones en las que incurrieron respecto de ciertas reglas no escritas del debate. Señala la debilidad argumentativa o la fortaleza dialéctica de los contendientes, según el caso, y establece relaciones entre su comportamiento en el debate con el contexto económico, social y político en el que cada uno de los candidatos se hallaba inmerso.
Las particularidades y especificidades del análisis propuesto por el autor, propias de haber trabajado con un solo debate puntual y de establecer solo algunas comparaciones con otros debates previos, podría impedir establecer afirmaciones concluyentes respecto de la naturaleza de la descortesía en el debate cara a cara. Sin embargo, el trabajo de Fernández García se destaca por mostrar un minucioso y sistemático análisis de estrategias funcionales y mecanismos lingüístico discursivos, en especial de aquellos referidos a la vertiente destructiva del debate, que lo vuelve una obra de necesaria consulta o referencia en futuros estudios de temas concernientes a la (des)cortesía lingüística.
Referencias
Blas Arroyo, J. L. (2011). Políticos en conflicto: Una aproximación pragmático-discursiva al debate electoral cara a cara. Berna: Peter Lang.10.3726/978-3-0352-0088-1Search in Google Scholar
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Culpeper, J. (1996). Towards an anatomy of impoliteness. Journal of Pragmatics, 25, pp. 349–367.10.1016/0378-2166(95)00014-3Search in Google Scholar
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